domingo, 6 de noviembre de 2011

LA MANO



    Oigo los silvidos de una era que se acerca sigilosa de la mano de unos nuevos años, de unos nuevos progresos. Ahora que podemos matarnos los unos a los otros con un sólo dedo, nos empeñamos en mantener relaciones amorosas con un sólo dedo también.
    No puedo saber lo que sucederá detrás de toda esta barbarie, de esta degeneración del ser humano como tal para convertirse en una bestia más, pero todavía más peligrosa, porque piensa y es capaz de hacer daño consciente. 
                                   Raquel Barrasa Villa.

 


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