miércoles, 25 de abril de 2012

UN INVIERNO EN EL IDEAL.



       Dónde están todos aquellos sueños que nunca se hacen realidad. Dónde está el camino que tantos seguían, en qué momento se perdió la ilusión de mirar hacia adelante con el puño en alto. Con el puño en alto y el corazón en blanco de tanta corrupción y tanta oscuridad. Para qué han servido todas aquellas muertes, toda esa sangre derramada por la estupida idea de un ideal. Dónde están las armas invisibles de todos los que perecieron. Si lo supiéramos iríamos corriendo para recuperarlas, para volver a luchar con ellas. Quizá alguien se las ha quedado, con la esperanza de que no vuelva a ocurrir lo que les trajo de cabeza. Dónde han quedado las intenciones, por qué los dueños de vuestra lucha se han olvidado de vosotros, en los mejores casos, y os repudian en los peores. Para qué, pensaréis, han servido tantos esfuerzos, tantos sacrificios, tanta lucha. Por qué se os ocurrió ir a esas plazas, a esos encuentros si ahora no queda nada. De que os sirve la nostalgia. Por qué no puedo fiarme de vuestras buenas intenciones, por qué me asaltan pensamientos que me hacen dudar de vuestro limpio corazón.


        Por qué no puedo creer que luchasteis por una vida mejor. Por qué pienso que todos erais iguales en diferentes bandos. Por qué os dejasteis dominar por los odios de otros. Por qué tengo que creerme que en algún momento planteasteis una minima diferencia. Acaso habeis sucumbido a todos los sistemas que tanto criticasteis, acaso ahora no os importa cuando antes dabas la vida por ellos. Habéis comprado sillones, televisores y microondas y quizá ahora viváis mejor que nunca. O quizá os meteis cada noche en vuestras camas pensando lo que podríais haber hecho y nadie os regaló el tiempo, la oportunidad. Confío en que no hayáis dejado de dudar de todo, en que las consignas tengan un espacio en vuestros cerebros, en que el cansancio os haga cada día más fuertes, en que las serpientes de la inutilidad no hayan instalado su veneno a través de vuestras venas en vuestros corazones. Espero en todas y cada una de vuestras voluntades.


                                                                        RAQUEL BARRASA VILLA.

domingo, 1 de abril de 2012

ME HAS ILUMINADO.

                                   RAQUEL BARRASA VILLA, A LOS 15 AÑOS.


          No es que no te haya visto durante todo este tiempo, es que ahora te veo por primera vez, con total claridad, y sé que a partir de ahora no voy a poder separarte de mí. De lo triste y de lo que no puede ser, porque ha sido demasiado grande y demasiado espeso para poder soportarlo. Te veo ahora, te veré siempre, te veré cuando sueñe, te veré cuando despierte. No podré separarte de mí, nunca. Lo que pasa ahora es que me has iluminado con tanta intensidad y de una manera tan profunda, que pienso que es la primera vez que te veo. Y me doy cuenta de que, ahora que te observo de verdad, quiero estar encima de esa montaña que tanto te gustaría escalar. Sé que no lo soy, pero me gustaría serlo, sería bonito, ¿verdad? Quiero que me desees tanto que no puedas soportarlo, quiero que te vuelvas loco por mí, quiero que en la inmensidad de esta profundidad, sólo desees el aire que te deje probar, porque no quiero que haya ningún otro aire para ti. Verás cómo mi balsamo es capaz de apartar de ti todo el frío congelador y todo el calor abrasador que está fuera de mí. Y ahora te observo, por primera vez. Me vas a necesitar tanto que vas a apartarte de ti y de todo lo que te rodea con total naturalidad, como si la espuma se esfumara después de un largo viaje para llegar a la orilla. Y por dejarte vivir me darás las gracias, y por alimentarte me estarás agradecido siempre, y por ser lo único que podrán ver tus ojos sentirás tanta felicidad que dejarás este mundo profano naturalmente.
                                                                                      RAQUEL BARRASA VILLA.