martes, 19 de julio de 2011

EL VIAJE SUBMARINO

Este viaje, para mí es un sueño. Nos metimos Juán, Cristina, Sara y yo, el Capitán, en el submarino. Los botones de seguridad eran conectados por nosotros, estos botones son muy importantes. Los peces nos daban la vienvenida a su mundo tan maravilloso como el Paraíso.
Sara fue asustada varias veces por los peces que se asomaban a las ventanillas.
Avanzábamos por el fondo del mar soñando con la cantidad de cosas que estabamos viendo.
Mandé a Juán que hiciese unas fotos, pero no me escuchó porque estaba mirando la flora que allí había. Eran como unas flores silvestres del campo, nadie las cuidaba y sin embargo se mantenían hermosas y vivas. Le volví a mandar que hiciese las fotos. Éramos contemplados por toda la naturaleza que nos rodeaba.
Roberto vio algo extraño e intentó informarse para saber lo que era. Nos contó que parecía un rayo de sol que provenía de lejos, miramos y sólo había las luces que otros submarinistas habían puesto para orientarse, creyó Roberto que esas luces eran rayos de sol.
Me pareció ver un pulpo que estaba nadando delante de nosotros. Me asomé de nuevo y era cierto, el pulpo estaba marcándonos el camino hacia un lugar desconocido. Cristina encendió las luces y le vimos bién.
Roberto, que miraba por una de las ventanas, nos advirtió de unas cuevas. Nos metimos en ellas. Todo parecía sacado de un cuento de hadas. Había muchas rocas que brillaban. Probablemente nadie había estado allí antes.
Entonces sonó el despertador y tuve que levantarme, para vivir otra aventura. Ir al colegio.
RAQUEL BARRASA VILLA










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