Pondría como única bandera la autenticidad, la limpieza de corazón, el orgullo de saberse vivos, la alegría de cada nuevo amanecer. No os dejaría en el suelo si caéis, aunque caigáis mil veces. Sería todas las tonalidades del rojo, del amarillo y del verde. Sería todos los dolores, todas las pasiones, todos los quebraderos de cabeza, todo el amor y el odio que cabe en vuestros corazones. Nuestro lema sería vivir, gozar, disfrutar, sentir. Borraría la especulación, los destinos premeditados, las cárceles mentales, los interrogatorios de opción, los deberes para casa, la casa interior. Si pudiera volaría con el polen esperando mi polo opuesto. Nadaría como la trucha, a contracorriente si es necesario, para encontrar la marea de las libertades. Sería el suelo mojado después de una noche lluviosa, el asfalto aplastado de un mediodía de verano, las hojas podridas que esperan en el suelo que la humedad les cale los huesos. Podría encontrar la felicidad si fuera un poco de luz tras una tormenta, un rayo estelar en una oscuridad teñida de rojo, el sonido de todas las gotas que caen desde el cielo cuando forman una melodía natural de las voluntades húmedas. Sería el torrente, sería el cactus. Si pudiera me inyectaría clorofila para vivir de ella. Sería la espuma de una cascada cuando pasa a formar parte de la mansa corriente de un caudaloso río.
Sería pasto verde de las bestias, carne fresca de los carroñeros, sangre caliente para los leones, escama escurridiza para los osos, rayo de lúz para la orquídea, bolsa de agua en la tierra del trigo, grano de arena para el invertebrado, líquido vital de la célula minúscula.
Me gustaría vivir en la forma de la marea, dentro de la caverna de la ballena o encima del lomo del rinoderonte. Quisiera poder alimentarme de agua, fuego, tierra y gas.
Pero bajo la forma del humano sólo puedo correr como una tortuga, sólo puedo volar cuando estoy en posición vertical, sólo puedo sentir el agua en mi garganta, notando como baja y pasa a formar parte de mi estómago. Sólo puedo alejarme del fuego, resguardarme de la lluvia, preparar mi casa para los vendavales, huir de las fieras, sólo puedo hacer melodías enlatadas. Sólo puedo ver en la noche si le doy al interruptor, solo puedo soñar si me lo propongo, sólo puedo vivir bajo techos infinitos. Bajo esta forma sólo disfruto de cinco sentidos, sólo puedo quejarme si no hay comida, sólo me defiendo de mis propios fantasmas. Sólo puedo aprovecharme de mi situación y encima sentirme superior.
RAQUEL BARRASA VILLA
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