Me siento completamente diferente a lo que veo, a la gente de mi edad, tan superficiales y etéreos que si no existieran el mundo no se daría cuenta. Quizá el problema está en los alimentos que comemos, o en el aire que respiramos o en los tejidos que nos ponemos, pero esta subnormalidad profunda universal es bastante preocupante. Me pregunto que le pasará a la gente, de que materia está hecho su cerebro, en que pensarán cuando están a solas consigo mismo donde no tienen que fingir que son tan estúpidos como aparentan. A veces pienso que este mundo no se merece a gente así. Por lo menos que haya gente que piense, y yo me quejaba de que la gente no actuaba, el problema primero es que ni siquiera piensa, y encima dicen que es el mundo, que no pueden hacer nada.
Pero, estúpidos, si nadie os pide que cambiéis el mundo, eso es una utopía bastante derrotada ya, lo única que hace falta es que os quitéis tanta estupidez y vayáis a las cosas grandes.
Es cierto lo de que hay personas que son como hormigas, unas detras de las otras, porque no tienen un criterio propio, aunque sea mental y no material, y debido al tamaño de su cuerpo (cerebro) solo pueden ver cosas pequeñas y piensan que las cosas pequeñas son las únicas que existen porque su capacidad no le da para que piensen nada mas. Y se olvidan de las cosas grandes, las que de verdad son importantes. Una de las peores cosas que yo véo en esta práctica generalizada es que, con toda seguridad, no cambiarán nunca sus estructuras mentales y llegarán a viejos pensando que lo más importante en este mundo es seguir a la mole que vive en una piara, no romper el molde, porque no tienen la suficiente seguridad en sí mismos como para aguantar los ataques. Pensarán siempre que no importa qué es lo que de verdad quieren, seguirán los pasos de otros tantos que son temerosos, inseguros, tímidos y sobre todo superficiales y carentes de toda esencia.
Que pena. Pensar que voy a tener que vivir en un mundo que no aprecia más que lo que está delante de sus asquerosas narices y sobre todo delante de sus nauseabundos bolsillos. Porque, en vez de cerebro, tienen una caja fuerte, no pueden analizar nada porque han perdido la clave para abrirla. No pueden meter ni sacar nada de lo que otros han puesto allí y encima los que se lo han puesto no son más críticos que ellos sino que tienen más miedo y están más atemorizados por un cambio, por un nuevo enfoque, por una nueva sensibilidad, por una nueva idea. Todo lo nuevo es monstruoso, aterrador.
No merece la pena correr el riesgo de experimentar, desinhibirse porque los riesgos mentales del daño ajeno son mucho más terribles.
Es mucho más peligrosa la cantidad de gente que es así, y realmente no sé cómo voy a poder vivir en un mundo así. O me alejo de todo ésto y sigo con mi forma de pensar en mi interior, o tendré que empezar a matarlos a todos. Créo que me quedo con la segunda opción. No entiendo cómo no se dan cuenta de que hay muchas cosas importantes.
Me siento muy fuera de todo ésto. Sales los fines de semana y ves a la gente de tu edad, que se supone que somos el futuro, la próxima generación, la que dominará la vida y el mundo (dominar en su sentido más amplio), y te encuentras entes (que palabra más grande para definirlos) cuyo máximo objetivo en la vida es bailar, ganar mucho dinero para poder medir el grado de felicidad que han alcanzado, hacer que los demás les vean bien, cuidados, con una sonrisa en la boca y en la cartera, admirados y sobre todo solicitados, porque sin ésta última condición no son nadie. Hacer lo que diga papa, hacer lo que diga Leviathán, ahora más que nunca, sentirse dominado por una apariencia que ardería como arde la mierda y que se expandirá por el universo como el olor a basura cuyo foco generador es un vertedero. Y siempr sexo; sexo, para ellos, no es un puente entre uno mismo y otra persona o una actividad capaz de elevarnos o ponernos en un momento de satisfacción, para ellos es un objetivo, que si es conseguido da a entender que una parte de ellos es superior. Puede que todo se reduzca a un intento, a lo mejor fingido, de ser protagonista en una obra que ha escrito otro, ni siquiera para ellos. Todos forman parte de la misma gran bola de m.......
No somos un producto de mercado, destinado a producir y a consumir, aunque todo lo que nos rodea nos obligue a pensarlo, créo que estamos aquí para intentar mejorarnos, para ser capaces de conocernos y actuar en consecuencia, para experimentar, sentir, oler, degustar, palpar, escuchar la vida, y verla como se miran los árboles, enteros aunque séa desde abajo, no como hacen las hormigas, que solo pueden ver fracciones de árbol y para ellas ésa fracción es el todo. Aquí se trata de comer, comprar, formar parte de una estructura económica, procrear y pudrirse formando parte del abono de la tierra. Que bién.
La conclusión de todo ésto es que se quedarán en el primer escalón de su evolución, que es cuando las piaras de su cerebro se llenen de más mierda de la habitual, que serán nada cuando la nada llene sus bolsillos, que no podrán soportar el paso del tiempo por sus caras y cuerpos, que dejarán en el mundo cuando se vayan la esencia de lo que podían haber sido y no fueron, es decir, la NADA.
RAQUEL BARRASA VILLA
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